martes, 28 de julio de 2009

Adelanto 2010 # 30, agosto ´09 - Gimnasia es de Primera


Para cambiar la historia
Por Lautaro González

Con el sufrimiento acumulado a lo largo de la última temporada, el equipo de Leo Madelón mantuvo la categoría y cerró la serie ante Atlético de Rafaela bien a lo Gimnasia; la agonía futbolística se conjugó en llanto pasional de una hinchada que merece siempre un poco más. Milagro del pueblo tripero donde fútbol y política no son como el agua y el aceite.

Muchos recordarán el 12 de julio de 2009 como un quiebre, un corte en el espacio y tiempo que redefinirá el destino de la institución. Las promesas, las cábalas, la suerte, todo resumido en 90 minutos. Por que el lobo made in Madelón hizo lo que tenía que hacer para quedarse en primera: ganar. No importa si era con gol en contra, penal, mano, mano de dios, lo que fuera. El punto era alzarse con el triunfo para mantener la categoría y prestigio del club más antiguo del continente americano en actividad. Había que lograr una victoria por 3 goles y se hizo.
La historia es conocida. Gimnasia, con ventaja deportiva, alcanzó la hazaña en tiempo de descuento gracias a los tantos del enano Niel. El cabezazo final, el segundo, desató el delirio en el bosque y la ciudad se tiñó de azul y blanco.
¿Por qué se sufrió tanto? Por la sencilla razón de haber perdido el rumbo, el proyecto institucional que los obreros de Berisso, La Plata y Ensenada moldearon al compás de la lucha por las conquistas sociales de la clase trabajadora que rápidamente tomó los colores como emblema deportivo.
Bajo el lema “el fin justifica los medios” José Muñoz protagonizó una de las peores gestiones en la historia del club sembrando consecuencias que hasta el día de hoy padecemos. No se pueden mezclar las ambiciones políticas personales con los objetivos colectivos de todas las generaciones triperas. Quedó demostrado que la plata, si bien es necesaria, no hace a la felicidad. Y cobra vigencia una de las máximas en cualquier estrategia: “cada elemento sirve para lo que fue creado”. La presidencia de un club no puede otorgar poder político, y en caso de que suceda, el país, un municipio o la mismísima Ciudad de Buenos Aires, se gobiernan con y para el pueblo y no como una empresa. Notable diferencia.
Por eso la historia no está para que se repita sino para transformarla y Gimnasia definió su tradición hace mucho tiempo. El 9 de julio de 1915, fecha patria si las hay, se entonó por primera vez el himno tripero. Con letra de Délfor Méndez y música de Juan Serpentini, la canción caló hondo en el corazón gimnasista: “(..) siempre fuertes, siempre unidos, por mens sana conocidos, lucharemos sin cesar, pues sin luchas no hay victorias, y nosotros las queremos (…)”. Aunque los logros deportivos sean secundarios a la hora de establecer una identidad institucional, éstos se conquistan con esfuerzo y sacrificio. Hoy más que nunca urge la necesidad de tener un proyecto único que incluya a esa tríada de hinchas, jugadores y dirigentes como esquema indisoluble y núcleo refundador. Es hora de la refundación, esa acción y efecto por transformar radicalmente “la mala leche” como se dice en la jerga futbolera y readaptar nuestros principios ideológicos a los nuevos tiempos. Para ello la participación de todas las agrupaciones y filiales será de vital importancia.
Debemos revalorizar las inferiores en la búsqueda de nuevos talentos nacionales y recuperar definitivamente a los referentes deportivos que tanto aman al club sin especulaciones.
El “jueguen como hinchas” bien podría caberle a los dirigentes: “conduzcan como hinchas”, consigna que nula interpretación absurda si hablamos desde el corazón y la pasión interminable de esa hinchada que llena tribunas sin prestar atención a los resultados.
Comienza una nueva era. Un nuevo momento se revitaliza con la cesión definitiva de las tierras del bosque por parte del municipio. Casa propia y renovada. Más de ocho décadas de amor marcan que no solo somos parte del paisaje, sino sus hambrientos guardianes. Unir el deporte con la naturaleza, el corazón pasional de nuestra ciudad y su entorno. El bosque es nuestro lugar, un puente entre la lucha y la gloria. Ahora es tiempo de cambiar, porque ojo, “alentamos en la tierra pero también desde el cielo”. Y todos nuestros viejos y abuelos nos miran.

No hay comentarios: