miércoles, 26 de noviembre de 2008

Teoría social - Revista 2010- El espíritu de la época sufre de apendicitis


¿Es la historia cristiana una parodia?. ¿Jesús no es más que uno de los tantos mitos que la humanidad reiteró desde sus orígenes para el control social?. ¿Fue el 11 de setiembre un ataque perpetrado por el propio gobierno norteamericano? ¿Los grandes banqueros son los responsables de guerras e invasiones? Estas preguntas y otras no son respondidas por los canales habituales de información. Se abre el juego acerca de nuestra realidad como especie humana para continuar con un debate abierto acerca de las conspiraciones mundiales y la tensión entre capital y naturaleza.

Las teorías conspiranoicas están causando furor en la web. Zeitgeist The movie (2007) y su predecesora Addendum, esta última lanzada en octubre pasado, enuncian diversas hipótesis que llevan al espectador a sostener que el actual “espíritu de época”, el Zeitgeist, se encuentra atravesado por un milenario ilusionismo religioso, una estafa financiera global bien ejecutada y el mal uso de las nuevas tecnologías que destruyen al medio ambiente y la humanidad. Ambos documentales dan cuenta de un sistema argumentativo que dirige el asunto hacia interminables debates en foros de discusión, blogs y páginas dedicadas al tema.
Los comentarios dividen aguas: los que apoyan fervientemente al realizador del documental Peter Joseph, debido a su interpretación de lo sucedido en el mundo luego del atentado a las torres gemelas del 11-S de 2001, se enfrentan a aquellos que prefieren mantener distancia de tales afirmaciones aduciendo el plagio de imágenes de otros films del género como "El Dios que no estaba ahí" y su foco en el “poder del amor” para cambiar el mundo.
Existe un grupo limitado de actores en los guiones de teoría de conspiración: cristianos, merovingios, masones, judíos, la Reserva Federal, que junto a las catástrofes más recientes y cercanas (asesinato de JFK, 11-S, etc.), nutren este tipo de género transformándolo en una especie de narcótico comestible altamente adictivo.
Aunque las películas como Zeitgeist sean ligeramente entretenidas, debido a su increíble popularidad (más de 5 millones de personas la vieron en Youtube), es necesario tomarlas seriamente con el fin de desmenuzar su interpretación de la realidad.

El Espíritu del Pueblo y el Zeitgeist

El término Volksgeist, “espíritu del pueblo”, o su similar Nationalgeist, fue usado por el filósofo alemán Friedrich Hegel (1770-1831). En Introducción a la Filosofía de la Historia, la idea de Volksgeist “es el sentimiento que un pueblo tiene de sí y de sus posesiones, instituciones, costumbres y pasado. Constituye una entidad”. Importa, según Hegel, un espíritu determinado por la historia: es el individuo como parte del desarrollo de la “Historia Universal”. Por ello los espíritus de los pueblos delimitan la “Historia Universal”, en la cual se realiza el “Espíritu Universal”.
El Volksgeist, vive y actúa universalmente en todos los individuos, pero se manifiesta de conjunto y hasta enérgicamente ante un posible cambio en su trascendencia. Surge como aspiración común entre pares y en un contexto de lucha por el ideal de justicia y libertad.
Cuando las decisiones de gobierno golpean la identidad del pueblo, se despierta la razón histórica, su génesis de nación, y un representante del sentir nacional, detona una reacción multitudinaria de autodefensa. Es evidente que el Volksgeist aparece cuando se desarticula la relación pueblo-gobernantes, y nada más prudente que retomar su cause desde el pueblo donde no se pierde la identidad, aunque el gobernante no la reconozca.
Por su parte, el Zeitgeist o “espíritu de la época” se manifiesta en la cultura, política, arte y religión, e incluso en determinadas estructuras sociales y económicas. El vínculo entre éste y el Volksgeist se da cuando se entiende el espíritu de un determinado pueblo, que es el que representa un momento fundamental en el proceso de la historia. Se ha discutido por ello, si la noción de Zeitgeist es justificada; si representa una realidad o es una hipótesis de ciertas realidades.
Lo cierto es que el Zeitgeist se lo relaciona a veces con la idea de “concepción del mundo”. En términos actuales, el Volksgeist es estructural mientras que el “espíritu de la época” es histórico, e incluso historicista.
Zeitgeist además, es un término que se refiere a los caracteres distintivos de las personas que se extienden en una o más generaciones posteriores que, a pesar de las diferencias de edad y el entorno socio-económico, una visión global prevalece para ese particular período de progresión socio-cultural. Es la experiencia de un clima cultural dominante que define, particularmente en el pensamiento hegeliano, una era en la progresión dialéctica de una persona o el mundo entero.
Se introduce aquí una comparación entre el estado de un individuo y el espíritu de una nación. En el proceso de su formación el individuo sufre varios cambios sin perder su identidad. Como una parte de la historia mundial, una nación, exhibiendo una cierta tendencia, tiene su rol en el proceso total de la historia mundial. Pero una vez que contribuye su porción a la historia mundial ya no le cabe papel en ese proceso. La caída del imperio parece inevitable.

Mitos y control social

Desde el origen del hombre la necesidad de controlar a la población ha mutado en religiones y creencias. Bajo esos pilares se constituyen sistemas sociales y políticos, que no dudan en utilizar los mitos para perpetuar a las clases dominantes en el poder. Pero ¿es Zeitgeist un manifiesto político?. No necesariamente, aunque ataca ciertas estructuras políticas tradicionales capitalistas. Ambas películas se inscriben en una reciente tendencia de documentales de protesta sobre la política norteamericana. Zeitgeist provoca, acusa y moviliza con mayor crudeza que Michael Moore. Denuncia el control social de distintos poderes, la dominación a la que están expuestos casi desde siempre todos los seres humanos, y cómo los mitos contribuyen a ese fin.
La primera parte de Zeitgeist The movie, desmitifica a las religiones haciendo foco en el cristianismo como una burda copia de otros dioses egipcios y griegos. Esto sumado al nacimiento fraudulento de la Reserva Federal y el sistema financiero internacional sirve como colchón histórico-político para luego develar el funcionamiento del sistema capitalista.
Lo interesante del documental es que plantea la existencia de mecanismos de dominación absoluta dentro de las instituciones de control social convencionales y explora los métodos de convencimiento individual y asentimiento social de la sociedad ante sus dominadores.
En la segunda parte, Zeitgeist:Addendum (Apéndice) se discuten las injerencias de EE.UU en gobiernos democráticos de izquierda en Centroamérica y América Latina, tales como Guatemala, Venezuela, Panamá, etc., mientras no se menciona el caso de Salvador Allende en Chile. También describe cómo la globalización agudizó la labor dominante de los países imperialistas a los efectos de producir más hambre en otras partes del mundo. En la recta final, luego de afirmar el carácter competitivo y egoísta de la especie humana, sostiene como conclusión que por el deseo de conservar los pocos recursos que tenemos, vivimos en un sistema corrupto. La alternativa es la constitución de un nuevo sistema basado en la energía renovable y organizado desde una economía de la abundancia (Proyecto Venus), dado que la Tierra cuenta con los recursos suficientes para mantener a todos sin necesidad del dinero.

De Platón, Orwell y Chomsky

Allá por el siglo IV A.C. Platón definió el alma como principio que anima al cuerpo. La misma consta de tres partes distintas entendidas como funciones: la racional o alma intelectiva, la irascible o sensitiva y la vegetativa o apetitiva, estas últimas conforman el alma irracional.
La parte racional es representada en el mito del carro alado por el cochero. Es la parte más noble y elevada, pues su actividad consiste en conocer intelectivamente y guiar a las otras dos. La parte irascible está representada por un caballo bueno simbolizando la voluntad, que se deja conducir fácilmente. El alma vegetativa es representada por el caballo malo, difícil de guiar, que simboliza el deseo y la pasión inmoderada. Por eso es sencillo que el cochero (racional), aún estando apoyado por el caballo dócil (sensitiva), pierda el equilibrio, debido al caballo malo (parte vegetativa), y se precipite en el mundo de lo corpóreo. Es el problema de lo racional e irracional en el hombre. Platón alude a la necesidad de que lo primero gobierne lo segundo.
Para Noam Chomsky, el problema de Platón se encuentra en el dominio científico y resolverlo es el objetivo de la investigación cognitiva y neurolinguística. Pero el “Problema de Orwell” se halla en un campo distinto. Chomsky, se refiere a cómo los sistemas totalitarios y de propaganda logran mantener opiniones muy extendidas y transmitir información que carece de fundamento, pero que resulta favorable para mantener la imagen del régimen.

En el prólogo a El conocimiento del lenguaje, el lingüista reflexiona sobre cómo es posible que la gente sepa tan poco sobre la estructura y función de su sociedad y el papel de ciertas instituciones gubernamentales, siendo que hay pruebas suficientes acerca del papel y funcionamiento del sistema capitalista.
¿Cómo, teniendo una experiencia tan limitada, entendemos tanto? ¿Cómo, teniendo tanta información, entendemos tan poco? Son, respectivamente, el problema de Platón y el problema de Orwell, analizados por Noam Chomsky. Ellos presentan para la reflexión contemporánea dos asuntos decisivos, tanto para la ciencia como para la política.
El problema es mucho más amplio, como prueba suficientemente la historia de los dogmas religiosos. Para resolverlo debemos descubrir los factores institucionales, y de otras índoles, que bloquean la captación y comprensión en ámbitos cruciales de nuestras vidas y preguntarnos por qué funcionan.

La contradicción capital-naturaleza

La carrera esquizofrénica por el crecimiento económico de las empresas multinacionales produce ceguera social. Quemar más hidrocarburos, talar más bosques, contaminar más ríos y generar mayor polución, sin que esto incremente los beneficios sociales, la igualdad, y un mejoramiento en las condiciones materiales de las clases oprimidas, reviste otro problema fundamental.
En el afán de seguir acumulando riquezas a través del saqueo e intervenciones político-militares a los países en vías de desarrollo, las potencias imperialistas como Estados Unidos se nublan provocando la tormenta.
Si bien el capitalismo está lejos de caer por algunas de sus propias contradicciones, la tensión entre capital y naturaleza aparece en escena. El comienzo del fin de las materias primas, especialmente del petróleo, agrava la crisis del capitalismo asociada al cambio climático.
Peter Joseph destaca que el valor más importante que tenemos los humanos es la tecnología. Tanto la política como la religión son elementos obsoletos de la condición humana que desaparecerán con el tiempo. Al igual que en el primer documental Addendum, muestra que si reconocemos el funcionamiento del sistema en el que vivimos, el mundo cambiará. Esperemos que no sea demasiado tarde y podamos desarrollar aún más el pensamiento crítico de cara los nuevos desafíos de estos tiempos.