miércoles, 26 de septiembre de 2012

EL CUARTO PODER EN OFFSIDE

Durante los últimos años, la sociedad argentina fue configurándose de acuerdo al relato con el que se sintió más identificada. En la actualidad, la disputa ideológica entre medios, oposición y gobierno establece diversos componentes discursivos en un escenario complejo. El “ejemplo YPF”, acerca de cómo Clarín y La Nación hostigaron a la oposición para que votara en contra de la estatización, sienta un precedente histórico entre los intereses que estos medios pretenden, frente a la defensa de los recursos nacionales impulsada desde el gobierno de CFK para el Estado argentino.


Por Lautaro González / editor@revista2016.com.ar


La regla del offside en un deporte como el fútbol es clara: si un jugador se encuentra ubicado por delante de la línea defensiva del arquero rival, la jugada no tiene validez. Todo lo que suceda queda sin efecto. Si el jugador atacante convierte o tira la pelota a la tribuna da lo mismo, su posición está fuera de juego.
Al parecer, lo mismo sucede con algunos medios de comunicación en la Argentina del Bicentenario: periodistas y formadores de opinión intentan imponer a toda costa su pensamiento. Un pensamiento que desde 2003 puso en evidencia sus engranajes obsoletos en una sociedad que evoluciona hacia un país integral con los jóvenes como protagonistas principales.
En el combate por ver quién, desde el discurso, impone su visión de la realidad y su práctica ideológica, es donde se observa que los medios como Claríny La Naciónven relegadas sus posiciones. La evolución en las tecnologías de la información al alcance de los medios populares, el aumento en la práctica de la utilización de las redes sociales, la saludable aparición de nuevos medios gráficos, sumado a la sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, reconfiguran la circulación y el manejo de la información en la sociedad actual. Es que la historia que escribe el pueblo consciente de los nuevos cambios de una democracia rejuvenecida, se nutre de las medidas de gobierno y el acompañamiento popular.

“Tengan su propia agenda”
El 1º de marzo de este año, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner inauguró el 130ª período de sesiones ordinarias en el Congreso. Ante la asamblea, la jefa de Estado informó acerca de los logros de su gestión y hacia el final aconsejó a la oposición. “Nuestra obligación -como gobernantes, empresarios, legisladores, dirigentes sindicales, y como titulares de movimientos sociales- es trabajar y acercar mejores ideas. No es poniéndole palos en la rueda al gobierno como se ganan las elecciones. (…) Piensen cómo los matan a todos juntos cuando no hacen lo que ellos (los medios) quieren. No se dan cuenta que muchas veces los utilizan para sus propios fines y cuando no les sirven los tiran y los critican. Tengan su propia agenda; tengan sus propias ideas, sus propios objetivos; y tengan la certeza de que si tienen razón, van a ganar”, sentenció al cierre del discurso.
Es que el mensaje estaba dirigido hacia el bloque de diputados y senadores de la oposición, aquellos que no dudan en pasearse por cualquier plataforma o soporte mediático de los grupos hegemónicos de la comunicación a fin de exponer sus posiciones políticas. A veces la comparten con los conductores de los programas, otras acuden a buscar línea.
Dos meses más tarde, el mensaje presidencial pareció surtir efecto. CFK al promulgar la expropiación de YPF le agradeció al sector opositor el apoyo a pesar de las diferencias. La amplia mayoría de votos positivos que se lograron en el Parlamento “como jamás había sucedido desde 2003 a la fecha”, avala los hechos.

La política le ganó a los medios
Cuando los directivos de Claríny La Naciónse dieron cuenta de que no lograban tener injerencia en el arco opositor para torcer la votación por la estatización de YPF, el mundo se les vino abajo. Días antes la sociedad argentina asistió al acto más cruel de presión mediática explícitamente expuesto por los medios que conforman el monopolio o adhieren a él. Conductores y periodistas, desde sus tribunas de papel y mesas acartonadas de la televisión, reprocharon la actitud de la oposición. Refunfuñaron acerca de por qué no votaron en contra y hasta varias veces los tildaron de “miedosos”.
Si bien la Cámara de Diputados, con 208 votos a favor, 32 en contra y 5 abstenciones, aprobó la estatización del 51 % del paquete accionario repartido entre el Estado nacional y las provincias, lo que se mostró a las claras fue la operatoria que realizaron Clarín y La Nación para desestabilizar nuevamente al gobierno.
El diario de la corneta espetó que “la oposición se dividió y terminó pagando un costo alto”, mientras que Morales Solá criticó severamente al radicalismo, que “podría haber hecho un proyecto propio de expropiación respetando los mecanismos de la Constitución”. Sin embargo, la mayoría de la oposición, salvo el Pro y otras fuerzas menores, se pronunció a favor de la medida.
Así dejaron fuera de juego a Claríny La Nación. Este offsidede los medios tiene que ver con las posiciones que ellos mismos sostienen, ya no puertas adentro, sino explícitamente desde sus filas y con todo el poder mediático que los caracteriza: una Argentina construida con mirada eurocentrista y decididamente anti latinoamericanista, un país que tenga poca o nula intervención del Estado y con el capital trasnacional como bandera en detrimento de la diversidad cultural y el crecimiento de las mayorías populares.

A las mentiras ya ni patas le quedan
El punto, entonces, es alertarnos, persistir y luchar. Seamos conscientes que lo expresado por los grandes medios es mentira. Y seamos conscientes también que esos medios constituyen un relato, y construyen desde esa estructura las verdades que luego imponen a la sociedad en beneficio de sus propios intereses.
Las últimas operaciones mediáticas, desde Malvinas -dándole la voz al gobierno británico, a los kelpers y no a los ex combatientes- hasta el caso YPF, indican claramente que tienen un problema. No pueden esparcir e imponer su criterio de verdad. Es que la sociedad argentina hace rato se sacó las anteojeras y ya no les cree tanto. Además, con la intervención popular en las redes sociales, la utilización de las nuevas tecnologías y el reacomodamiento económico y social de los últimos tiempos, la pasividad de los ciudadanos prácticamente ha desaparecido.
A modo de continuar con la comparación de la jerga futbolera, Clarín y La Nación se quedaron sin recambio. La ausencia se observa en toda su estructura: la directora técnica y su ayudante de campo están duramente cuestionados por el robo de bebés durante la última dictadura militar y por Papel Prensa, el banco de suplentes brilla por sus ausencias -no quedan tantos juveniles en la cantera- y sus 9 quedaron viejos y obsoletos. Ni hablar de algunos de sus “enganches”, que hacen periodismo de investigación con las redes sociales sin conocer en profundidad cómo se utilizan. Las identidades falsas se crearon desde el inicio de la humanidad, cómo iban a estar ausentes de algo tan flexible como las redes sociales. No descubrieron nada, muchachos.
Walter Formento, director del Centro de Investigación en Política y Economía (CIEPE) es claro al respecto: “acuñan al Proyecto Financiero Global Agro-Exportador como refugio de sus ideas e intereses, anteponiéndolo al Proyecto Nacional del Trabajo y la Producción”. Es desde ese lugar donde Mariano Grondona, Lanata y compañía, observan y piensan cómo conducir el proceso y reconstruir su fuerza en al afán de persuadir a organizaciones políticas para golpear tanto por derecha como izquierda.
“El escenario a construir por la oposición -continúa Formento- es un viejo conocido de 1973-75: azuzar la puja distributiva para que el frente político entre Trabajo, Producción y Estado se enfrente entre sí por contradicciones secundarias, se fracture y se debilite la fuerza política social que sostiene el proyecto nacional popular y latinoamericano, y quede en condiciones para ser subordinado nuevamente por el Frente Financiero Imperial”.
El rumbo es claro: la emancipación de los pueblos a través de la justicia social, política y económica. Es el pueblo organizado que marca su futuro tanto en las calles como en el Parlamento, y es a través de las acciones colectivas como se configura la continuidad del relato popular frente al relato mediático financiero e imperial. Es la clave para la continuidad del modelo. Es la lucha popular organizada frente a la avanzada de las corporaciones trasnacionales por sobre la independencia de las poblaciones del mundo. 

Publicado en: Revista 2016 # 52 www.revista2016.com.ar

jueves, 2 de agosto de 2012

Andrés “El Cuervo” Larroque / Diputado Nacional / La Cámpora

En el barro de la historia






Revista 2016 dialogó con el diputado nacional por el FpV y secretario general de La Cámpora luego de una jornada solidaria en Quilmes, tras el paso por el último temporal. Una de las principales voces de la fuerza política con más empuje y crecimiento de los últimos años analiza el acto en Vélez, el rol de la conducción, la unidad de acción y la presencia en el territorio para garantizar la continuidad del modelo. “El kirchnerismo sintetizó toda nuestra historia”, afirma Larroque.

Por Lautaro González / Federico Martelli

Es una mañana soleada y otoñal en el barrio Kolynos del municipio de Quilmes. Un centenar de jóvenes de La Cámpora no solo del distrito sino del resto de la provincia de Buenos Aires, se organizan para dar una mano a los vecinos luego del último temporal a principios de abril.  Barridas de calles, trabajos de limpieza, asistencia a los vecinos con chapas y tirantes, recolección de ramas y pintadas de murales fueron las actividades destacadas. 
El lugar de reunión es el club social y deportivo Florentino Ameghino. Desde ahí los que participan en la jornada solidaria se reúnen por provisiones y elementos de trabajo. Por la tarde, una vez que cae el sol, Andrés “el cuervo” Larroque, dialoga con Revista 2016.

¿Qué significó el acto de Vélez?

Es la consolidación de la fuerza política del kirchnerismo o del movimiento nacional y popular en un sentido amplio, pero es la posibilidad que Cristina disponga de una fuerza política que Néstor no tuvo cuando comenzó este proyecto y que costó mucho construir. Los vaivenes de la historia reciente generaron fragmentaciones o divisiones hacia dentro de nuestro espacio político, pero la unidad de concepción y consolidación del voto popular el 23 de octubre del 2011, se cristalizó en una fuerza que tiene capacidad de concentración. A la vez es un espacio que cualitativamente también tiene capacidad organizativa.
En el camino de la unidad por más que haya identidades parciales distintas, todas respondieron al llamo de la Presidenta y esto es importante para escuchar el discurso de Cristina, pero más importante para saber que en cualquier momento se necesita estar de nuevo en la calle. Esa fuerza va a estar ya  que en el día a día son los que predican y defienden lo logrado en estos 9 años y fundamentalmente todas las cuestiones que tienen que ver con la profundización del modelo

¿Cómo ves la construcción del kirchnerismo en la necesidad de consolidar el proyecto?

A partir del la salida del conflicto con la patronal agraria, fue el momento donde se genera el kirchnerismo de la resistencia siendo gobierno, el momento también de una segunda epopeya. La primera epopeya es la de Néstor bajando los cuadros, recuperando la dignidad nacional, y la segunda tiene que ver con esta resistencia. Se aceleró con la muerte de Néstor y los resultados electorales. La nacionalización de YPF como íconos, con Vélez en el medio… Estamos en una tercera fase que es la consolidación de este modelo en el sentido que este proyecto se ha hecho carne en una buena parte de la población, fundamentalmente en los militantes que lo defienden con el fervor y conciencia como no recuerda la política argentina de los últimos 30 años.
En este contexto sea quien sea el presidente en el 2015 la conductora del país, del movimiento, del pueblo argentino y de la política va a ser Cristina Fernández de Kirchner, eso es indiscutible. Habrá que resolver las circunstancias de la institucionalidad política. Está claro cuáles fueron los logros que el pueblo no va a regalar, y lo que la militancia siempre va a defender es la profundización de los lineamientos: promover la defensa de los más humildes e incentivar la producción en el marco de un desarrollo con identidad social.

La concreción de estos grandes ejes en parte pasa por el rol de la juventud. ¿Cuál es el papel y por qué el proceso empuja a que los jóvenes sean protagonistas?

Primero por el cambio cultural. En términos políticos el cambio de la cultura política, la manera y forma de hacer política es nada más y nada menos que recuperar la impronta de la política de los años ´70 o previo al neoliberalismo. Tiene que ver con la aparición de estos actores que no estuvieron involucrados  por lo menos en la parte superestructural de aquella etapa. Lo que no quiere decir que haya compañeros de mayor edad que absorban o puedan abrazar esa misma lógica. Se da en todos los movimientos políticos que pretenden trascender que entienden que las trasformaciones son de fondo. Hay cuestiones que solamente lo puede resolver el tiempo. Cuando Cristina dice Vamos por todo hablamos de un nivel de conciencia en el conjunto de nuestro pueblo que para lograrlo se va a requerir un tiempo. Hoy sabemos que el 54,11 de la población tiene la primera parte clara de la cuestión: de ese 54,11 hay sectores que tienen mayor nivel de comprensión y conciencia, y otros que no. Entonces hay que trabajar para que ese espacio sea de conciencia, organización y participación. Hay que avanzar para que ese porcentaje venga a respaldar este proyecto.
La nacionalización de YPF fue masivamente respaldada y seguramente la respaldó más que el 54 por ciento de la población. Entonces quiere decir que hay espacio del plafón para crecer en cantidad y calidad. Es claro que los pibes que tienen entre 20 y 25 años van a ser los que en 10 o 15 tengan una responsabilidad mayor.

Hoy La Cámpora es un espacio de contención política de una parte importante de la juventud. No solamente lo que están en la organización, sino miles y miles de pibes argentinos que esperan que el proyecto llegue a buen puerto. ¿Cómo viven esa responsabilidad? 

No tenemos ni tiempo en pensar en eso. La verdad que es tanta la responsabilidad y el orgullo. Es una combinación de responsabilidad y de honor que uno siente por estar en ese lugar que quizás no paramos mucho en reflexionar. Tratamos de dar cada minuto en mejorar nuestra militancia, nuestra capacidad y formación, el dispositivo organizativo, etc. En función de eso es tanta la demanda cotidiana que quizás si nos pondríamos a reflexionar nos pesaría más. Hay tanto por hacer que  el trabajo mismo nos libra de ese pensamiento

Vélez fue un ejemplo de la frase de Néstor “que florezcan mil flores”. ¿Qué análisis realizan de esto y cómo debe esta generación garantizar la continuidad del proyecto nacional?

Creo que desde las mil flores pasamos a la etapa de las 6, 7 u 8 flores que se consolidan como núcleo de esas miles de flores y miles de militantes que aparecieron. A medida que avanza el tiempo uno comprende que no solamente es importante la participación política, sino el dejar de tener un rol pasivo frente a la realidad. Hay que perder el miedo a lo que significa la organización. Lo que hemos logrado es que no solamente sumamos a la participación como se venia realizando en lo últimos dos años, sino que en los últimos meses se ha comprendido la importancia de ser parte
El kirchnerismo sintetizó toda nuestra historia. Ha logrado absorber contradicciones que en algún momento del desarrollo del siglo XX inclusive se dieron entre fuerzas que quizás reclamaban cuestiones a fines pero que después las prácticas y metodologías la diferenciaba. Es decir que había un radicalismo que reivindicaba aspecto del nacionalismo popular en un momento, había un socialismo, un comunismo, o humanismo que reivindicaban cuestiones que uno decía que el peronismo planteaba lo mismo. Lo que sucede es que el peronismo fue el que encontró la matriz de ejecución de esas ideas y los otros se quedaron en esas ideas. Muchos perdieron la capacidad de vincularse con la realidad y el peronismo las puso en ejecución. Ideas liberadoras de carácter social.
Hoy el kirchnerismo nos ha permitido a la vuelta de la historia poder tenderle la mano desde el peronismo. Porque Néstor y Cristina vienen del peronismo. Entonces en esta situación nosotros somos muy amplios a la hora de entender que eso nos tiene que llevar a no perder la unidad de acción. Muchos apoyan a Cristina desde distintos lugares. Nosotros entendemos que hay que seguir avanzando porque de última si la idea es la misma, la idea de profundizar este modelo, hay que buscar la manera de que los mecanismos de ejecución sean más o menos posibles para efectivizar a la hora de golpear.
En esa tarea estamos inmersos, tenemos unidad de concepción, tenemos una parcial unidad de acción en grandes temas y requerimos que esa unidad de acción se traslade hacia lo más concreto y la más pequeña acción militante. Es decir, que en un barrio todas las organizaciones trabajen en conjunto. Ahora, todos marchamos juntos por la nacionalización de YPF pero por ahí algunos compañeros en su distrito trabajan de manera especializada.

Publicada en Revista2016 / nº 50 
www.revista2016.com.ar

viernes, 27 de julio de 2012

Sintonía fina en Vélez / Mayra Mendoza y el “Loco” Romero de La Cámpora


“Le devolvimos a Cristina el amor de todos los días”

Mayra Mendoza es diputada nacional por Buenos Aires y Jorge “El loco” Romero responsable político en la provincia. Ambos militan en La Cámpora y en diálogo con Revista 2016, luego del acto en Vélez, reconocen a la juventud como el nuevo motor de cambio.  

Por Lautaro González

¿De qué manera analizan el acto en Vélez, qué significado tuvo?

M: Fue un desafío en todo sentido. Cristina planteó la sintonía fina y Vélez fue una demostración. Lo puedo separar en varios aspectos pero fue el momento de la sintonía fina también para la militancia, para todas las organizaciones del campo nacional y popular que de alguna manera se está reconstruyendo.
La sintonía fina llega también como lugar de gestión, para los empresarios, sindicatos y sindicalistas, y sintonía fina también para la militancia. El hecho de poder tener como concepto y como matriz de militancia lo que significa ser representativo y tener un trabajo territorial y ser nexo con todos los logros que se pudieron lograr a partir de la transformación del 2003 por supuesto y la sintonía fina también en entenderse como organizaciones hermanas.
Por eso la consigna Unidos y Organizados. Acá ya no vale la pena ni sirve después de un proceso histórico luchar contra muchas cosas que tenían que ver con la antipatria, que iban en contra de los intereses del pueblo. Todas esas batallas las encarnaron Néstor y Cristina, el pueblo y las organizaciones que acompañaron.

¿Unidos y organizados es una consigna superadora para esta etapa?

Todavía faltaba un grado de madurez. Cristina expresa Unidos y organizados en Vélez hacia adentro del kirchnerismo. Significa una vuelta de página en la historia de cómo nos organizamos. Fue una representación del trabajo diario de las organizaciones cotidianas, la organización del territorio y lo que significa la organización popular.
Vélez fue un claro ejemplo de este sustento social consiente de todos los derechos y todas las restituciones que le dimos a la vida de los argentinos. Eso se plasmó en lograr una convocatoria de casi 150 mil compañeros que sabían porqué iban a Vélez. Es de alguna manera devolverle a Cristina todo el amor que nos da todos los días. Pongo en términos de amor todo lo que significa conciencia y todo lo que pueda implicar la militancia.

Una multiplicidad de actores sociales junto a las organizaciones políticas estuvieron presentes en el acto, ¿ves esto como algo positivo o debe haber un esquema más cerrado donde dos o tres organizaciones capitalicen todo el proceso?
Siempre es bueno que se conforme una organización que ideológicamente defienda este modelo de país y reconozca todo lo que se hizo desde el 2003 y llegue a ser representativa en un territorio. Nunca una organización, dos o tres van a llegar, siempre va a ser necesario que haya muchos compañeros organizados. A veces una organización es representativa para cierto sector de la sociedad, cierto grupo de jóvenes o sector de trabajadores. Me parece que es importante que haya la cantidad de organizaciones que surjan y que puedan organizarse, siempre y cuando tengan la capacidad de poder alinearse a la palabra de Cristina. Ella como jefa, conductora o líder. Ahí está la vuelta de tuerca.

¿Cómo se da la continuidad del kirchnerismo en cuanto a la profundización del modelo?

El “Vamos por más”, expresa claramente el rumbo, las acciones y las políticas públicas que lleva adelante este gobierno. No es nada distinto a lo que venimos haciendo y es poder lograr lo que aún falta.
Cuando asumió Néstor el país tenía 54% de pobreza, hoy tenemos 7,3%. Eso es profundizar el modelo: que ese 7,3, no exista o exista en términos cada vez más bajos. Es volver a lograr y pensar una Argentina de pleno empleo, es pensar que la organización y la construcción política hoy son cuestiones que todavía faltan madurar. Como Evita decía y la historia lo demuestra: podés tener un gobierno como la primera y segunda presidencia de Perón pero la derecha, todo lo que sea antipueblo, siempre va a querer volver a entrar en escena y a tener el poder para esa minoría dominante.
Por eso los obstáculos y los palos en la rueda. Por eso tanta lucha dimos y vamos a seguir dando. Como decía Evita: “no hay fuerza capaz de doblegar a un pueblo que tiene conciencia de sus derechos”
Debemos lograr que la mayoría del pueblo argentino, más aún nuestros humildes y postergados que durante tantos años tuvieron acotadas sus oportunidades de proyectarse en la vida, puedan hacerlo en un país que les brinde oportunidades. Claramente YPF es un ejemplo de esto. Antes teníamos el recuerdo como recurso natural y era visto como un comodity. Era una Argentina que no necesitaba del petróleo, donde no había necesidad de incorporarlo como recurso estratégico, porque no era una Argentina de producción pujante para la industria.
En este sentido hay que tomar conciencia de nuestro trabajo como militantes y como responsables de organizaciones políticas. Debemos lograr que la mayoría de la gente sea consciente de qué logramos, cómo y para qué lo hicimos. Así la política será algo común entre la gente y no vuelva a ser mala palabra.

¿Es la juventud, como entidad de recambio generacional, un eje importante para llevar adelante este proyecto a buen puerto?

La juventud es importante porque tiene que ver con una matriz de pensamiento, de hacer política de manera distinta. Esto es lo que necesita Argentina: gente comprometida desde donde le toque para poder aportar y pensar en los 40 millones de argentinos y olvidarse de su interés particular. Es realmente una construcción colectiva pero en un país distinto. Siempre hablamos de “la responsabilidad militante”. Nosotros ponemos una categoría de la responsabilidad militante, es la responsabilidad de ser argentino.
De acuerdo a lo que dejó el acto en Vélez, ¿cuáles deben ser a tu criterio las tareas a llevar adelante por la militancia en la provincia de Buenos Aires?

Romero. El acto de Vélez fue un punto de inflexión en la etapa de la política. Ahora hay que profundizar lo que Néstor nos dio. Néstor y Cristina nos devolvieron la política pero por sobre todas las cosas puso a la militancia en un lugar donde antes no estaba o había perdido. Hoy la juventud es la que mejor interpreta este proyecto político o más madurez tiene en este momento. Lo que hay que hacer es profundizar lo que hizo Néstor y hoy continúa Cristina. Estar en la sintonía fina, casa por casa, donde están los problemas. En términos políticos, que se achique la brecha entre militantes y los que conducen los espacios de las organizaciones.
En la jornada solidaria por el temporal en Quilmes y en varios distritos afectados, pudimos palpar cómo cambió la política. Vimos a los que conducen el espacio, la organización, diputados y funcionarios trabajando codo a codo junto a los compañeros. Eso no solamente ayuda sino que motiva y deja en claro cuál es el rol de la militancia

¿Qué tareas concretas se hicieron?

Romero: Con el temporal se cayeron varios árboles y destrozaron muchas casas. Lo primero que hicimos fue correr esos árboles de la calle para que puedan laburar las cuadrillas de Edenor y Edesur tanto en el tránsito como en el desmalezamiento. Sacamos los troncos de las casas y toda la mugre que quedó. Además ayudamos en la reconstrucción de las viviendas, porque no solamente se destruyeron casas de bajos recursos, sino también en sectores medios como en Ituzaingo.

Hablábamos con Mayra acerca del rol social del militante, de cómo inculcar la necesidad de estar en el territorio y consolidar así el proyecto. ¿Lo ves de esta manera?

Romero: Vengo de una reunión con distintas organizaciones kirchneristas y hablábamos acerca de la responsabilidad que tiene cada organización del proyecto político en cada ámbito como los frentes estudiantiles, en el trabajo, la escuela, en el barrio, donde sea y predicar con el ejemplo. Desde el trabajo concreto en la acción. A veces queremos que la transformación sea mucho más rápida pero necesitamos involucrar todavía sectores que sostienen este proyecto político pero están inactivos. Nuestro rol es salir a buscar a la gente que todavía no participa en política. Ese es el desafío. Debemos dejar de hacer disputa hacia adentro y usar la política para llevarla donde todavía no llegó.

Más allá de las jornadas solidarias, ¿cómo se da esto en la provincia de Buenos Aires?

Se trabaja sobre lo positivo. Por ahí vemos intendentes, funcionarios que uno puede o no estar de acuerdo pero hoy hay madurez. Los compañeros son muy respetuosos de la voluntad popular. Apuntamos a ser mejores desde lo positivo. Hay una nueva etapa en la política para mejor y vamos a hacer todo lo posible para que estén los mejores cuadros conduciendo y gestionando para que se siga transformando la Argentina.
En términos de acción, los actores de la política entienden esa disputa que hay hacia adentro. Cuando Cristina habla de unidos y organizados tiene que ver con eso: hay millones de problemas y a ciertos sectores no les interesa el progreso de los argentinos. Si bien hoy recuperamos la política, queremos que también el vecino común sienta lo mismo.

¿Cuál sería la mejor metodología para la consolidación definitiva del modelo?.

Romero: Se están conformando mesas de trabajo pero por sobre todas las cosas los pibes nos dan cátedras de lo que es la madurez política. Cuando estuvo la Presidenta en Quilmes, se juntaron los pibes de todas las organizaciones. Se mezclaron, cantaban las mismas canciones. Si no partimos de esa base, de tener esas mínimas articulaciones, no podemos ir por el resto. Creo que los pibes nos están dando una cátedra de madurez y eso lo generó Néstor y Cristina.
Mayra: El primer puente, la responsabilidad mayor y el que dio mejor ejemplo fue Néstor. Luego de 9 años de este proyecto transformador, estos pibes cuando eran chicos vieron esta Argentina en crecimiento. Una Argentina que realmente venía a plantearse cambiar las cosas que le hacían mal a la vida de los argentinos y ellos fueron parte de eso. Entonces los pibes de hoy tienen ganas de ver una Argentina mejor.
La fragmentación es funcional a la derecha. No termina siendo de otra manera. Y los más jóvenes aún sin ningún complejo saltan la tranquera de cada organización para ser parte de un movimiento nacional y popular y así defender este modelo de país.

Género e igualdad

¿Cómo te sentís siendo diputada nacional y una de las referentes más importantes de La Cámpora en tu rol de conductora y mujer?

Siempre planteo que hablar de género, es hablar de igualdad. No hago una defensa en lo que significan las mujeres en la política. Por supuesto me da mucha felicidad que las compañeras de ahora puedan tener responsabilidades o lugares como el que circunstancialmente me tocó tener. Creo que la matriz de todo es asimilar el concepto de la responsabilidad militante, de ser parte de una construcción colectiva.
A mi me toca ser legisladora pero me parece que el valor real está en todas las compañeras. Porque para nosotros es muy importante la compañera responsable de una unidad básica, sociedad de fomento, centro cultural, o una compañera que está en la gestión. Siempre y cuando tenga arraigada la matriz de responsabilidad militante de ser parte de una construcción política. De esa manera empiezan a plantearse el lugar de la mujer dentro de la política.
No soy ajena a la realidad que mayoritariamente se instaló en los ´90, producto de que la mujer sea más una cosa que una representante de algún espacio político. Pero las mujeres y las madres siempre son las que en los momentos más complicados ponen el pecho, salen adelante y eso también tiene que darse en la construcción política. Las mujeres cuando laburan en el barrio lo hacen enserio. Generan un valor agregado desde la sensibilidad o de una cuestión más maternal, Que es eso que tiene Cristina. Néstor fue el padre de esta nueva Argentina y Cristina la madre de todos nosotros.
Por supuesto aparece esta concepción prejuiciosa de que una mujer no va a tener la capacidad de conducir al país. Para la organización hay muchas compañeras que son responsables de distritos y en una mesa de trabajo asumen la construcción y la responsabilidad en partes iguales.

La batalla cultural

¿La batalla cultural en la Argentina del Bicentenario es algo crucial que determina al proyecto?

R: Cada pueblo va eligiendo cómo vive. Todavía hay que mejorar mucho. El desafío es involucrar a los sectores que todavía no lo están desde la política. Por eso cuando Cristina plantea no tener mezquindades llama a que los sectores que están con este proyecto político se unan en función de mejorar la calidad de vida de los argentinos e incluirlos en este proyecto político. Este es el desafío más grande.
El quiebre fue “la 125” A partir de ahí el pueblo vio quién miente. Hoy hay mucho respeto hacia el otro, mucha solidaridad hacia el prójimo. Esa es la base de todo. Cristina es presidenta de 40 millones de argentinos e interpreta las inquietudes, la voluntad de todos. Hace política para todos los sectores. Quiere que le vaya bien a los empresarios pero no a costa que haya más pobres. Nuestra tarea es profundizar eso. Ella nos sigue dando cátedra todos los días: predicar con el amor y que se puede hacer política desde la buena leche. 


Publicado en Revista 2016 N 51
www.revista2016.com.ar

jueves, 12 de julio de 2012

"Siempre digo que si quedamos vivos fue para conocer a Néstor"

El máximo referente del Movimiento Evita, uno de los espacios políticos y sociales destacados del kirchnerismo, analiza lo que dejó el acto en Vélez; los lazos de solidaridad, la organización y el rol de la juventud. Unidos y Organizados en este momento histórico de institucionalidad, para consolidar lo realizado por Néstor y Cristina. El puente entre lo viejo y lo nuevo, y cómo no sirve de nada eternizarse en los cargos. “Ayer estábamos en el abismo, hoy podemos discutir hacia dónde ir”, sostiene.






-¿Qué significado tuvo el acto en Vélez?


-El acto estaba programado para el 11 de marzo como lo veníamos organizando los últimos años. Es una fecha emblemática, el día de la militancia. Centralmente la idea era expresar al sector militante de la fuerza que apoya al gobierno, del kirchnerismo. Cristina nos planteó que teníamos que buscar otra que tuviese más relación con estos tiempos, con esta nueva emergente del movimiento nacional. Nos pareció buena idea que sea el primer triunfo del gobierno, un triunfo de Néstor. Porque también da una idea clara de donde salimos, de lo bajo que arrancamos y hasta donde hemos llegado. Siempre es bueno acordarse desde dónde uno arrancó en la política para no creérsela. 
Queríamos que el acto mostrara todo el colorido que tienen hoy las expresiones políticas que apoyan al gobierno. Unidad y Organización, consigna impulsada por Cristina, expresa también el tránsito de estos tiempos. Tenemos que construir la mayor unidad posible. -Previo al acto Cristina realiza los anuncios sobre YPF… 


- Si, lo de YPF cambió un poco las circunstancias del acto, le dio un color más épico porque la medida de Cristina de la valentía de ir avanzando y recuperar YPF para los argentinos, para el desarrollo nacional, creo que hizo que el acto tenga una épica muy especial y que la militancia estuviera en un momento de ebullición. 


-Veníamos de una situación complicada con el accidente de Once, con las imputaciones sobre el Vicepresidente, con la salida de dólares. ¿La medida de YPF logró retomar la iniciativa política y económica del gobierno? - Es difícil mantener la iniciativa y más difícil aún mantener la iniciativa en tres períodos. Y mantener la iniciativa en el último período es muy difícil y los medios lo saben. Los verdaderos opositores que son los medios y el capital concentrado saben esto, entonces tratan de recuperar la iniciativa ellos constantemente. Primero con cuestiones insignificantes para que después aparezcan las cuestiones de fondo. Lo que fue el ciclo estabilización y normalización del país ya se cumplió con el gobierno de Néstor. Ahora las medidas que hay que tomar son más complejas, más complicadas porque hay que tocar los intereses mas concentrados. 
Siempre pensé que teníamos que subir la escalera de nuestros sueños y siempre la escalera la subís corriendo y al último escalón llegás más cansado, necesitás más fuerza. 
En realidad para cada escalón necesitamos más fuerzas. Cristina necesita más fuerzas para poder seguir transformando la Argentina y tenés que sumarle más poder al poder de Cristina para que pueda seguir avanzando. Si bien es cierto que hemos cambiado de rumbo de la historia, cambiamos el rumbo del barco que veníamos, íbamos al abismo y hoy hay perspectiva por delante, también es cierto que todavía hay mucha asignatura pendiente y a nosotros no nos tienen que votar ni acompañar el pueblo porque hagamos una buena campaña, sino porque resolvemos los problemas a nuestro pueblo. Y ese es un gobierno que se hace cargo. 


-Cristina plantea que ella no es eterna y en un futuro no va a estar. También afirma que el modelo necesita una estabilidad de 20 años para poder resolver los problemas estructurales del país. ¿Cómo se resuelve el tema de la continuidad? 


- Es hora de institucionalizar este proceso. Esto significa resolver las grietas sociales que existen, y de división que existe entre los trabajadores, sobre todo de diferencia salarial y de derecho. Significa construir la fuerza política y militante que le de contenido y que le de base de comunicación con la sociedad. Institucionalizar este modelo es hacer que las banderas que dieron origen a este proceso hoy, es decir, lo que llamamos batalla cultural y que hemos llamado batalla ideológica, sean un avance en la conciencia popular. El avance de la conciencia de nuestro pueblo debe ser sobre todo en los sectores más dinámicos, para que no vayamos nunca más para atrás. Institucionalizar también es abrirle paso a lo nuevo, ayudar a que lo viejo termine de morir y lo nuevo termine de nacer. 
Lo que no podemos ser es tapón para que esto nuevo que surge sea protagonista de este proceso. Yo fui protagonista de distintos momentos en la Argentina y eso te lleva a tener una historia y pesa en a capacidad de imaginarte el futuro. Porque me imagino el futuro con los conceptos de mi protagonismo personal. 
Entonces hay que poner mucho esfuerzo en construir. Por eso la mejor defensa está en la característica de cada uno de nosotros y en la cabeza de nuestro pueblo: todos estamos a favor de que las empresas sean del Estado. Si bien el menemismo destruyó eso, hoy estamos recuperando esa conciencia colectiva. El latinoamericanismo o la política de derechos humanos e inclusión, más la justicia social, constituyen las banderas centrales de este proceso, son parte de la conciencia de nuestro pueblo. Esta batalla cultural es la que da Cristina desde la política del bicentenario o el compañero militante que va a militar con un vecino, toma un mate, le explica cuál es la visión del mundo o del país. Néstor nos dejó un piso muy alto para hacer política en la Argentina, quizás no un piso organizativo de la misma magnitud. Por eso el que está atrasado es el movimiento popular. Caminamos detrás del proceso político, detrás del gobierno y no adelante como tiene que ser el verdadero movimiento popular. 


-¿Existe un avance en la maduración política de las organizaciones populares que se formaron al calor del kirchnerismo? 


- Me parece que se vive un clima de convivencia y cooperación que en la primera etapa del kirchnerismo no estaba tan claro. Por lo menos yo lo veo en La Cámpora. Siempre hay roces y dificultades pero hoy hay un entendimiento estratégico, que quizás hace cinco o seis años no estaba tan claro entre las organizaciones. Es que luchamos mucho para la unidad y en organizarnos cada vez mejor. Estamos más planificados, pero igual hace falta caminar por delante. Nos falta mucho espíritu crítico a lo que hacemos, nos falta mucho ver la realidad y no tenerle miedo. Cristina no le tiene miedo al conflicto, y es en el conflicto donde están nuestros compañeros. El conflicto es lo que mueve la historia realmente. Necesitamos un gobierno con la decisión política de avanzar y un pueblo que pelee en esa misma dirección, acorrale las injusticias y le haga frente a la dependencia. Eso muchas veces nos falta porque nos pegaron mucho, nos falta audacia para poder caminar delante del gobierno.


-¿Cómo se soluciona eso? 


- Es difícil. Hay que mantener dos componentes: la unidad y la lucha. La unidad y la pelea y también hay suspicacia o dudas desde el gobierno popular cuando aparecen sectores en lucha, entonces hace que la militancia priorice el acompañamiento acrítico por sobre el acompañamiento en el plano organizativo y de lucha. Si la militancia, la intelectualidad no es crítica, no te lleva a ningún lado, solamente al inmovilismo. Necesitamos meternos en las contradicciones sociales. La mejor ayuda es meternos en lugares donde, como dicen algunos peronistas, el peronismo no pasó o el modelo no llegó. 
Me parece muy bueno lo que hizo La Cámpora con el tema del temporal en los barrios. El camino es meternos en el barrio y dejar un localcito ganado por los compañeros. Lo que hacemos todos los días los compañeros que están en el barrio que viven ahí. Así organizamos a ese sector social para poder organizar las demandas y darle respuestas desde el Estado. Tenemos que organizar las demandas de nuestro pueblo y transformarlas en políticas de Estado. Es lo que hacía Evita en su momento con los trabajadores. Bueno nosotros, ahora, tenemos que hacerlo con los sectores más humildes de nuestro pueblo y con los trabajadores. Ahí es donde tiene que estar el militante popular, al lado del tipo que todavía sufre, para ver qué políticas de Estado puede construir, o si las políticas que llevamos adelante nos sirven para resolver los problemas. La tarea es más de inserción social de los cuadros. 
Si este activismo se lo inserta social y territorialmente, incentivamos la vocación de poder para cambiar la política en cada uno de los distritos. Mi patria es mi barrio, después todo lo demás: YPF, los ferrocarriles, etc, pero primero está mi barrio. En mi bario tengo que ser el mejor vecino, el mejor militante, el más admirado trabajador social, el más voluntarioso. El temporal nos puso a prueba, y ahí tal vez hubo más respuesta de la militancia popular que desde el Estado en general. Y eso es muy bueno. 


-En Vélez, tanto en las tribunas como en el escenario, quedó marcada una impronta generacional muy fuerte y hay otros sectores que están un poco enojados con esa situación… 


- Es que la construcción es hacia lo nuevo, hacia las nuevas generaciones. Y no tiene que ver con la edad solamente, sino con los protagonistas de esta nueva experiencia. En este sentido también tienen que ver los conflictos políticos que atravesamos por estos días. Uno de esos conflictos tiene que ver cuando surge lo nuevo y lo viejo hace ruido y no se quiere correr. No se entiende que estamos de paso cuando ejercemos la función pública. Tenemos organización, ahora hay que buscar los caminos para facilitar el acceso al Estado, a la participación, la conducción, la opinión y también a la elaboración teórica. Estos elementos nos fortalecen como protagonistas de este cambio. Muchos sectores ante el miedo se refugian en lo viejo. Ya lo vimos. Prefiero toda la vida a todos estos pibes que empiezan el proceso político, que cantan con emoción cuando asumen como funcionarios. Estoy seguro del camino que transitamos. 
Tenemos que ver los canales para construir. Un puente se construye desde los dos lados, con lo nuevo y además desde lo viejo hacia lo nuevo también. Ahora, si construyo un puente para otro lado, difícilmente me encuentre con el que me tengo que encontrar. Creo que esa es la tarea que nos queda. Hoy tenemos que darle fuerza a lo nuevo que empieza a crecer. Siempre digo que el bastón de Néstor vive en los morrales y mochilas de cada uno de los pibes que estaban en Vélez. Ahí se encuentra el bastón de mando de Néstor. No está en nosotros, en los que tuvimos la segunda oportunidad. Siempre digo que si quedamos vivos fue para conocer a Néstor. Lo conocimos, y con él vimos que se puede. Ahora les llegó el turno a los nuevos protagonistas de esta historia.


Publicado Revista 2016 # 51 / julio 2012

lunes, 21 de mayo de 2012

No Use For a Name en Argentina


Los días más felices

Por tercera vez la banda californiana formada en 1987 por Tony Sly y Rory Koff volvió a pisar suelo argentino. Esta vez la cita fue el pasado domingo 13 de mayo en el Teatro Vorterix, de Lacroze y Álvarez Thomas. 

Por Lautaro González / Foto: Vicky Sanguino


NOUFAN, como se los llama en la jerga punkrockera, volvió a brindar un show a la altura de las circunstancias. La apertura estuvo a cargo de su líder y frontman Tony Sly que cámara en mano filmó al público presente como condimento final de una previa emocionante calentada hasta el punto máximo.
El show comenzó cerca de las 21:30 con una lista de temas acorde a lo esperado. El sonido de la banda fue muy prolijo, casi perfecto, característico de sus presentaciones en vivo. A comparación de las últimas visitas el público acompañó en la mayoría de las canciones ya que el clima generado siempre fue en aumento.
Recordemos que a mediados de 2007 y luego en 2009 fueron los años de las primeras dos visitas de NOUFAN. Ahora en el marco de sus 25 años como banda, los californianos deslumbraron con una presentación a pura energía y conexión con el público local.
Cabe resaltar que NOUFAN es un grupo influyente en la escena del punk rock internacional. Si bien en sus comienzos sus melodías tendían al hardcore, fue a partir de los '90 que giraron hacia un estilo notoriamente más melódico, ahora convertido en su propia marca registrada.

1. SAVIOR
2. REMINDERS
3. WRONG
4. SOULMATE
5. ANGELA
6. GARDEN
7. FRIENDS
8. ANV II
9. COMING TO CLOSE
10. RAINBOWS
11. STRAIGHT JACKET
12. PRE-MEDICATED
13. OUTSIDE
14. INVINCIBLE
15. WHY DOESN´T
16. EXIT
17. MARTIAN
18. BIGGEST LIE
19. YOU DAY
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20. LET ME DOWN
21. JUSTIFIED
22. FIRE

miércoles, 18 de abril de 2012

El reclamo que no cesa


El reclamo que no cesa

Por Lautaro González

editor@revista2016.com.ar


“(…) Aprendí que la derrota es un concepto que se corresponde con la lógica o la semántica, pero que no se concibe en un espíritu libre. Aprendí que el vencedor no siempre es aquel que empuña el arma contra el desarmado cuando este lo supera en templanza y coraje. Comprendí también que la dignidad no puede ser acallada y que por el contrario, es una condición con la cual se debe vivir y que se manifiesta siempre en las acciones de los hombres de honor; a veces cantando; otras veces rugiendo”.

Lic. Roque A. Cundari, ex -combatiente.


Luego del proceso político que desembocó en la Revolución de Mayo y la Independencia de 1816, Argentina realizó innumerables peticiones internacionales por el derecho a las islas. La vía diplomática, a excepción de 1982, siempre fue la estrategia nacional frente al atropello pirata y desenfrenado de las potencias imperialistas que ocuparon alternadamente las tierras.


El debate acerca del descubrimiento de las Islas Malvinas queda relegado a un segundo plano si se calcula la cantidad de conflictos tanto bélicos como diplomáticos que se suscitaron principalmente entre España, Francia, Holanda, el Reino Unido y Argentina a lo largo de la historia.

El reclamo nacional ya no se ampara únicamente en los derechos geográficos, sino desde el firme convencimiento por derrotar la política exterior del Reino Unido, de carácter colonial e imperialista. Inglaterra, incapaz de solucionar la crisis económica por la que atraviesa desde 2008, busca en el conflicto por las islas saldar las cuentas que tiene por rendir frente a su propio pueblo. Recordemos que desde aquel año pequeñas y medianas industrias de manufacturación despidieron personal como consecuencia de los problemas financieros internacionales. Por algo los jóvenes ingleses hablan de la generación “No Futuro”. Como toda potencia mundial, frente a la incertidumbre social interna, la militarización de sus colonias aparece como el remedio justo para mitigar el inconformismo y la rebelión. Más si existe petróleo y agua de por medio.


De la tragedia a la farsa


“Hegel dice en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces. Pero se olvidó de agregar: una vez como tragedia y otra vez, como farsa”, afirma Karl Marx en su libro El 18 de Brumario de Luis Bonaparte. En el caso Malvinas, Argentina e Inglaterra protagonizaron en 1982 una de los hechos más lamentables del siglo XX al entrar en conflicto bélico por la pertenencia de las islas. Como se sabe, la dictadura que gobernaba al país desde 1976 llevó a una generación de jóvenes al suicidio: sin preparación militar suficiente, mal alimentados y con escasos recursos en su poder de fuego, la toma de las islas duró 74 días. De los 649 soldados argentinos que perdieron la vida, 256 fueron jóvenes conscriptos utilizados como carne de cañón.

Una vez más el pueblo argentino terminó bajo los engaños del elixir que escondía el whisky del entonces presidente de facto Galtieri. La tragedia que padecieron los conscriptos argentinos fue múltiple: sus jefes fueron dictadores que los torturaban en pleno campo de batalla, obligándolos a pasar días y noches metidos en las trincheras llenas de agua helada. Empujados por el hambre, salían a robar las ovejas de los kelpers. Así se enfrentaron a los castigos de los oficiales, que mandaban a “estaquear” a los que cometían estos “delitos”. Mientras, en las escuelas e iglesias de todo el país el pueblo recolectaba bolsas de arroz y leche en polvo, que a causa de la desidia y la corrupción nunca llegaron a destino.

Además tuvieron que enfrentarse a un enemigo que llevaba en sus primeras filas a los gurkhas, una elite militar especializada de Nepal que servía al ejército británico. Aunque Inglaterra negó durante mucho tiempo la participación de estos mercenarios en el conflicto por Malvinas, existen numerosos testimonios que dan cuenta de ello.

Desde el final de la contienda, más de 300 combatientes se quitaron la vida. La mayoría lo hizo entre los meses de marzo y junio, precisamente cuando la frecuencia de los recuerdos de la guerra se torna ensordecedora.

Por su parte, Margaret Thatcher, La Dama de Hierro, que ejerció como primera ministra del Reino Unido desde 1979 a 1990, aprovechó su administración conservadora para abolir el poder de los sindicatos y despotricar contra la Unión Soviética. El conflicto por Malvinas le valió la recuperación de su prestigio, hasta entonces bastante deteriorado, a raíz de la recesión y el alto desempleo que predominaba en el Reino Unido. La victoria en las islas le permitió ser reelecta en 1983.


Argentina frente a las contradicciones del imperialismo


Existen argumentos amparados por el derecho divino (bulas papales) que establecen que el territorio que comprende a las Malvinas le corresponde a España. Si bien Inglaterra a lo largo de la historia acató esta orden, las pujas con Francia y España no cesaron a lo largo del siglo XIX. Recordemos que tanto España como Francia e Inglaterra abandonaron las tierras en varias oportunidades. A partir de 1833, luego de la invasión británica a las islas, se estableció entre las naciones en conflicto (España, Francia, Argentina e Inglaterra) un patrón de argumentaciones diplomáticas que se extenderá casi sin variaciones hasta el siglo XXI.

Así, el 17 de junio de ese año Manuel Moreno, enviado argentino ante el gobierno del Reino Unido, presentó la protesta formal en un largo documento escrito en inglés y en francés. La Protesta, como generalmente se conoce al texto, argumentaba que ante el cese de la soberanía española sobre las islas debido a la independencia de sus territorios en América, las Provincias Unidas del Río de la Plata, como nueva nación independiente y reconocida por Gran Bretaña y otros estados, la sucedería en los derechos de jurisdicción de los mares del sur. De esta forma Gran Bretaña quedaba excluida del asunto, y no tenía derecho a reclamo alguno.

La respuesta británica llegó seis meses más tarde. En una carta de Lord Palmerston, el gobierno británico reiteraba la no extinción de los derechos anglosajones sobre las islas, fundamentados en el restablecimiento del asentamiento de Port Egmont en 1771. Alegaba que el posterior abandono de la base se había debido a cuestiones "de austeridad" y no de renunciamiento, como "atestiguaba" la placa de plomo oportunamente fijada por los marinos ingleses al retirarse. El gobierno argentino calificó la respuesta de Palmerston como insatisfactoria, por lo que Moreno volvió a protestar el 29 de diciembre, sin obtener respuesta alguna.

Es importante destacar que durante todo este período la Argentina trató de ejercer soberanía sobre las islas, al mismo tiempo que organizaba su vida política. Argentina reclamaba como propio un territorio cuya situación aún no se había resuelto plenamente. Gran Bretaña y España se habían enfrentado por las islas en el siglo anterior, aunque la primera no consideró que valieran una guerra. Con la desaparición de España de la escena y su reemplazo por un Estado en formación, y por lo tanto frágil, Gran Bretaña, amparada por Estados Unidos, reclamó nuevamente el territorio sin arriesgarse a un enfrentamiento serio. Así volvió a ocupar las islas en 1833. Dos años más tarde Argentina volvió a reclamar a los ingleses la soberanía de las islas, aunque Gran Bretaña se negó.


Petróleo, agua y militarización inglesa en Malvinas


Hacia 1973, luego de intensas negociaciones entre las partes, el gobierno argentino pidió que no se explote el suelo que por derecho, ante todo geográfico, le corresponde.

Tras el conflicto de 1982 y los intentos argentinos por discutir nuevamente la soberanía, Inglaterra comenzó a militarizar la zona de las islas en este último tiempo. Tal vez por el incipiente descubrimiento de petróleo, tal vez como ubicación militar estratégica para la apropiación del agua, o simplemente para “proteger” al príncipe Williams. Lo cierto es que Inglaterra desde hace unos meses ha reforzado la zona de Malvinas con el argumento de un posible ataque argentino a las islas. Solo resta declarar que Argentina cuenta con armas de “destrucción masiva”, las excusas imperialistas son siempre las mismas.

Lo cierto es que a partir del 7 de febrero de este año, 30 años después de la aceptación argentina de la ocupación británica de las Islas (sellada en 1982), la Presidenta Cristina Fernández impulsa a través del canciller argentino Héctor Timerman una protesta ante la ONU.

El reclamo se origina al ver que Londres realiza varios movimientos militares, entre ellos el envío de un moderno destructor a las Islas Malvinas, que según el gobierno argentino “implica un grave riesgo para la seguridad internacional”. Este es un reclamo avalado por el conjunto de la sociedad argentina y latinoamericana. Malvinas se ha transformado en una causa latinoamericana", señaló la mandataria.

El secretario general de la ONU, Ban ki-Moon, junto a la Asamblea General y el Consejo de Seguridad de dicho organismo, apoyan el diálogo. Resta el aval de Gran Bretaña, aunque para que este último se expida a favor del diálogo tendrá que haber resuelto antes sus conflictos sociales, la crisis interna, y dejar de ser un país con afanes colonizadores y prepotencia imperialista. Muchas peras para pedirle al olmo.


Publicado en Revista 2016, abril de 2012