martes, 28 de julio de 2009

Adelanto 2010 # 30, agosto ´09 - Gimnasia es de Primera


Para cambiar la historia
Por Lautaro González

Con el sufrimiento acumulado a lo largo de la última temporada, el equipo de Leo Madelón mantuvo la categoría y cerró la serie ante Atlético de Rafaela bien a lo Gimnasia; la agonía futbolística se conjugó en llanto pasional de una hinchada que merece siempre un poco más. Milagro del pueblo tripero donde fútbol y política no son como el agua y el aceite.

Muchos recordarán el 12 de julio de 2009 como un quiebre, un corte en el espacio y tiempo que redefinirá el destino de la institución. Las promesas, las cábalas, la suerte, todo resumido en 90 minutos. Por que el lobo made in Madelón hizo lo que tenía que hacer para quedarse en primera: ganar. No importa si era con gol en contra, penal, mano, mano de dios, lo que fuera. El punto era alzarse con el triunfo para mantener la categoría y prestigio del club más antiguo del continente americano en actividad. Había que lograr una victoria por 3 goles y se hizo.
La historia es conocida. Gimnasia, con ventaja deportiva, alcanzó la hazaña en tiempo de descuento gracias a los tantos del enano Niel. El cabezazo final, el segundo, desató el delirio en el bosque y la ciudad se tiñó de azul y blanco.
¿Por qué se sufrió tanto? Por la sencilla razón de haber perdido el rumbo, el proyecto institucional que los obreros de Berisso, La Plata y Ensenada moldearon al compás de la lucha por las conquistas sociales de la clase trabajadora que rápidamente tomó los colores como emblema deportivo.
Bajo el lema “el fin justifica los medios” José Muñoz protagonizó una de las peores gestiones en la historia del club sembrando consecuencias que hasta el día de hoy padecemos. No se pueden mezclar las ambiciones políticas personales con los objetivos colectivos de todas las generaciones triperas. Quedó demostrado que la plata, si bien es necesaria, no hace a la felicidad. Y cobra vigencia una de las máximas en cualquier estrategia: “cada elemento sirve para lo que fue creado”. La presidencia de un club no puede otorgar poder político, y en caso de que suceda, el país, un municipio o la mismísima Ciudad de Buenos Aires, se gobiernan con y para el pueblo y no como una empresa. Notable diferencia.
Por eso la historia no está para que se repita sino para transformarla y Gimnasia definió su tradición hace mucho tiempo. El 9 de julio de 1915, fecha patria si las hay, se entonó por primera vez el himno tripero. Con letra de Délfor Méndez y música de Juan Serpentini, la canción caló hondo en el corazón gimnasista: “(..) siempre fuertes, siempre unidos, por mens sana conocidos, lucharemos sin cesar, pues sin luchas no hay victorias, y nosotros las queremos (…)”. Aunque los logros deportivos sean secundarios a la hora de establecer una identidad institucional, éstos se conquistan con esfuerzo y sacrificio. Hoy más que nunca urge la necesidad de tener un proyecto único que incluya a esa tríada de hinchas, jugadores y dirigentes como esquema indisoluble y núcleo refundador. Es hora de la refundación, esa acción y efecto por transformar radicalmente “la mala leche” como se dice en la jerga futbolera y readaptar nuestros principios ideológicos a los nuevos tiempos. Para ello la participación de todas las agrupaciones y filiales será de vital importancia.
Debemos revalorizar las inferiores en la búsqueda de nuevos talentos nacionales y recuperar definitivamente a los referentes deportivos que tanto aman al club sin especulaciones.
El “jueguen como hinchas” bien podría caberle a los dirigentes: “conduzcan como hinchas”, consigna que nula interpretación absurda si hablamos desde el corazón y la pasión interminable de esa hinchada que llena tribunas sin prestar atención a los resultados.
Comienza una nueva era. Un nuevo momento se revitaliza con la cesión definitiva de las tierras del bosque por parte del municipio. Casa propia y renovada. Más de ocho décadas de amor marcan que no solo somos parte del paisaje, sino sus hambrientos guardianes. Unir el deporte con la naturaleza, el corazón pasional de nuestra ciudad y su entorno. El bosque es nuestro lugar, un puente entre la lucha y la gloria. Ahora es tiempo de cambiar, porque ojo, “alentamos en la tierra pero también desde el cielo”. Y todos nuestros viejos y abuelos nos miran.

lunes, 20 de julio de 2009

Entrevista a Osvaldo Bayer


“En esta elección triunfaron los grandes medios”

Por Juan Manuel Fonrouge/ Fotos: Justine Burgos / Producción: Lautaro González

Puede resultar paradójico entrevistar en este momento al historiador, periodista y autor de “La Patagonia rebelde”, “Severino Di Giovanni” y “Los anarquistas expropiadores”. Pero, ¿qué mejor que entrevistar a un anarquista para hablar de estas elecciones? Porque Osvaldo Bayer sigue partiendo de la misma certeza de siempre: que la humanidad sólo tiene futuro en un mundo socialista y libertario.

Arrancamos charlando de lo difícil que era conseguir sus libros en los ’90 y de lo bueno que ahora estén siendo editados por Página 12. Recordamos que en esa época, cada hallazgo en una librería de usados era indefectiblemente socializado para la formación de los recién iniciados en la militancia; de la edición Uruguaya de “Los anarquistas expropiadores”, una sorpresa para los que en la época pre Internet pensábamos que nunca leeríamos el libro prohibido, aunque haya sido sin consentimiento de Bayer, pero ¿quién podría pensar en que ese libro tiene copyright? Volviendo al presente, las elecciones recorrieron toda la charla. Osvaldo sigue fiel a sus ideas socialistas libertarias, y no vota, aunque reconoció que su “amigo” Martín Sabbatella era su candidato preferido. Recordamos el periódico “En la calle”, las charlas en las facultades y en la sede de Estudiantes de La Plata. Y nos quedamos con la certeza de que ésto no ha cambiado demasiado como para tener que bajar las banderas de aquellos años de resistencia.


- Tanto la idea de Estado como de Democracia parlamentaria han sido contrarias al anarquismo. ¿Cómo ve en la actualidad estos conceptos?

El anarquismo es la forma más pura e ideal de conseguir una administración más justa para todos, cuidando para las próximas generaciones la naturaleza. Es, digamos, lo más racional y lo más libre, donde cada uno se puede sentir protagonista. En un mundo muy complicado, creemos que está cada vez más lejano, pero de todas formas hay que sostener siempre esos ideales con el sueño de que alguna vez se va a conseguir. Porque todo lo demás ha fracasado, el capitalismo no soluciona ningún problema y menos el equilibrio de la naturaleza. Los países más ricos del capitalismo están en una enorme crisis. Vivo parte del año en Alemania y veo que siempre tiene 4 millones de desocupados. EEUU, también vemos los problemas que tiene con los cierres de fábrica, etc. El marxismo llevado a cabo por Lenin y la dictadura del proletariado, también hemos visto cómo ha fracasado. Si bien ese socialismo sacó del atraso a países como China y Rusia, pero demostró que el personalismo y la dictadura no llevan a nada. En pocos años se derrumbó un trabajo enorme que costó tantas vidas. Desde el punto de vista racional, tenemos que apuntar a un socialismo en libertad. No exigirlo de entrada, pero ir tal vez marchando hacia él. Participando en la vida política, no asilándonos. Tenemos que participar en las asambleas, y meternos en organizaciones sindicales y barriales donde hagamos llegar nuestra voz y nuestro pensamiento. Sigo creyendo que ahí está el futuro. Si es que nos da tiempo este capitalismo que está destruyendo el planeta.

- Para avanzar en un proyecto socialista, como lo plantea usted, ¿cree que es posible a través de la democracia, como se viene intentando en América Latina, o es inevitable pensarlo desde el punto de vista de la violencia?

Entre una dictadura y lo que tenemos ahora, es mejor esto que la dictadura. Por lo menos hay un cierto respeto hacia los derechos humanos. No del todo, porque las estadísticas lo dicen claramente: el 3,5 por ciento de nuestros niños está bajo el nivel de desnutrición. Es decir, que los argentinos en estas tierras tan ricas no somos ni siquiera capaces de alimentar a nuestros niños. Desgraciadamente se ha dado un paso atrás en Argentina. Estábamos pensando en discutir una nueva ley de los medios de radiodifusión, para realmente hacerla de derecho público, como tienen que ser los medios en una verdadera democracia, y ahora no se si va a ser tratada. Derecho público donde estén representados todos los organismos de base en cada uno de los medios de difusión. Ojala se trate la ley, pero ya tiene mayoría la oposición, en la última elección triunfaron los grandes medios. El primer paso que íbamos a solicitar era que una empresa no pudiera tener más de un organismo de difusión. No como es ahora, donde los dos diarios principales tienen todo: además de los diarios principales tienen los canales de televisión más grandes, las radios más grandes y están comprando los diarios, canales y radios del interior. Eso no es democrático. Hay que seguir trabajando en la sociedad, llevando protagonismo a la gente y más derechos a cada uno de los individuos.

- Estas elecciones fueron bastantes apolíticas. Los medios de comunicación más que nunca expresaron la política desde el marketing, a través del cual posicionaron rápidamente candidatos. ¿Cómo analiza el rol de los medios y cómo ve el mapa político después de esta elección?

No se votaron programas políticos, sino que se votaron slogans y caras. El hombre que sabe sonreír mejor o la mujer que va mejor adornada es la elegida. ¿Qué principios dijo De Narváez, qué principios dijo Macri? Fue una cosa publicitaria, sin seriedad. Se sabe que lo que fue electo fue la derecha, porque han apoyado al campo y señalaron que hay que defender la libertad de prensa, que es en realidad la libertad de empresas. El gobierno completamente indefinido, lo único que hay que aplaudirle es su política con respecto a los crímenes de los derechos humanos cometidos por la dictadura. Por primera vez van a la cárcel esos tremendos criminales de la desaparición de personas. Después, en lo económico, lo político y lo social está todo indefinido…

- ¿Cómo ve la gestión de la Presidenta Cristina Fernández?

Es algo indefinido. Yo le debo reconocer que cuando le pedí una entrevista, a las 24 horas la tuve. Cuando llegué, salió del salón donde estaba, me saludó, me atendió muy bien, me hizo sentar y todo, cosa que ni Alfonsín ni ningún otro hizo. Le pedí que imitemos a los gobiernos de Canadá y Australia, que habían pedido disculpas a los pueblos originarios por las matanzas que habían hecho los europeos al llegar. ¿Qué esperamos los argentinos para pedir disculpas por la campaña de (Julio) Roca y de otros tantos genocidas que hubo? Me dijo que lo iban a estudiar pero han pasado ya 6 meses. En muchas cosas donde puede ser que encuentren problemas no se juegan… que tienen gestos, es evidentemente claro. Pero la base no se cambia. Con el tema de las retenciones al campo habría que haber hecho tres o cuatro meses propaganda para hacer conocer bien al pueblo lo que se buscaba con eso, que es absolutamente justo. No lo explicó bien y al final se perdió por el voto traidor del Vicepresidente. Es increíble que el futuro de un país dependa del voto no positivo, como dijo él, de una persona. ¿Eso es democracia? Creo que este gobierno le tiene un poco de miedo al debate público de las cosas. A que el pueblo se haga realmente protagonista. Ojalá que después de esta elección, el gobierno encuentre una nueva línea.

- ¿Qué medidas hay que llevar adelante en lo inmediato?

Tenemos que hacer de los medios de comunicación un derecho público y empezar a administrar justicieramente a los medios que tiene el país. Hay que devolverles las tierras a los pueblos originarios, que no son muchas. Esos pueblos que no tienen sentido de la propiedad, sino de comunidad. Tenemos que aprender de ellos. Hay que terminar con los poderosos pulpos económicos y propender a las cooperativas de obreros, que han demostrado que venden más barato que cuando eran propiedad de una familia o consorcio. Hay que tener una política en relación a esto. Tenemos que tratar de administrar lo poco o lo mucho que nos da la naturaleza, pensando en las próximas generaciones. Y esto se hace mediante la participación, que es lo que querían los anarquistas. Las dictaduras no van, los personalismos siempre terminan en derrotas.


- ¿Cree que la clase obrera como sector organizado, tanto en la CGT como en la CTA, debe ahora tener mayor protagonismo para defender los avances logrados en estos años?

Para eso hay que terminar con los caudillos y la corrupción. Debemos democratizar los sindicatos. El pueblo en su sabiduría los ha calificado tal cual se lo merecen: “los gordos”, y no es por el peso que tienen, sino porque evidentemente les va muy bien. Averiguar si es cierto que este señor, Secretario General de la CGT, tiene un campo que cuesta 1 millón de dólares. Hacer las investigaciones si es cierto, y que haga una declaración pública. Hay que terminar con estas asociaciones delictivas que permanentemente tienen nuestros sindicatos.

- No se ha vuelto a dar en la historia un movimiento obrero tan formado y consciente de su rol de clase como fue el movimiento anarquista a principios de siglo. ¿A qué se debe esto?

Es que se manejaban con principios éticos. Realmente es épico ver cómo se fundaron esas primeras asociaciones…sociedades de oficios varios, que pertenecían a distintos gremios. Pese a las persecuciones, empezaron a luchar por el jornal de las cosechas. En pocos lados se ve un movimiento tan puro, con tantos dirigentes sacrificados. Que no eran dirigentes, porque había solamente un secretario de actas que copiaba las resoluciones de la asamblea, que era el actor principal. Pese a todo, se fueron imponiendo. Por ejemplo, lo vemos en la lucha de las 8 horas de trabajo, que costó mucho pero al final se logró. Lo vimos en los obreros metalúrgicos de la Semana Trágica de 1919, que todavía trabajaban 10 horas por día, cuando los panaderos, el sindicato más anarquista de todos, habían conseguido las 8 horas de trabajo en 1895. Ese movimiento tal vez nunca vuelva por esa maravillosa ingenuidad de la lucha y de sentirse todos iguales. Va a ser muy difícil con los medios siempre en posesión de los que tienen el poder.

- ¿Qué paralelismo encuentra en el conflicto con las patronales rurales y lo que usted documentó en La Patagonia Rebelde?

Es exactamente lo mismo. Han cambiado las formas, pero es lo mismo. Se ejerce el poder… y las fuerzas que representan al pueblo no se juegan en lo que tendría que ser una verdadera democracia. Con este juego que se hizo en el Senado de la Nación quedó todo en la nada y los que han triunfado son la gente del poder, del campo. Antes, la Federación Agraria luchó contra los latifundistas y ahora luchó a favor de ellos.

- El anarquismo y el peronismo, cada uno a su manera, han sido los dos movimientos de masas más influyentes en la historia del movimiento obrero del país. ¿Cómo ve en el tiempo el rol que cumplió el peronismo?

Lo vemos en los resultados. Cambió todo para no modificar nada. Sí, se hicieron leyes, se aumentaron los salarios, se hicieron modificaciones de tipo social, como lugares para pasar el verano, pero la reforma agraria no se tocó, el campo no se tocó para nada, cuando era lo fundamental: la tierra para quien la trabaja. No se socializó nada, tampoco se ayudó a las cooperativas en la parte de las fábricas, sino que se siguió con el mismo concepto del capitalismo. Perón era un conservador inteligente, había que darles a los obreros para que no se hicieran socialistas. Y se les dio leyes obreras que antes del peronismo no existían. Pero hasta ahí nomás… cuando cierta parte del peronismo marchó hacia el socialismo, bueno, así les fue, ¿no? Terminó en las tumbas.

- ¿En qué proyectos está trabajando?

Estoy escribiendo mis recuerdos. Esos 82 años vividos en este difícil país. Hablando de mis experiencias y haciendo un examen de las cosas positivas y negativas de la política que he vivido, para ver si aprendemos algo. Ojalá. Después de ver los resultados donde ganó De Narváez y otras figuritas que no se sabe de dónde salieron, parece que no hemos aprendido nada. Pero no hay que volverse pesimistas, sino se derrumba todo.

Lo más difícil de estar en la casa de Osvaldo Bayer es saber que uno tendrá que irse, pudiendo pasar todo el invierno entre sus recuerdos, viejos libros y esa luz tenue que tranquiliza. Osvaldo a sus 82 años sigue militando. Al finalizar nuestra entrevista lo esperaban dos representantes de la lucha por los derechos de los pueblos originarios, quienes nos aconsejaron que si volvíamos no nos olvidáramos de llevar un vino. ¿Qué hubiese dicho el gallego Soto, Osvaldo?

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Publicado en Revista 2010, #29, julio 09.



Política Nacional



TODOS UNIDOS TRIUNFAREMOS
Por Lautaro González

Héctor Recalde, Diputado Nacional y asesor legal de la CGT, y Omar Plaini, Diputado electo por el kirchnerismo, junto al Secretario General de la CTA, Hugo Yasky, analizan la posibilidad de conformar una Mesa Sindical que sirva de sustento político y social para garantizar la gobernabilidad del proyecto K. ¿Cómo defender las conquistas sociales obtenidas?

Las elecciones legislativas pasaron factura a la interna del gobierno y también abrieron el juego acerca de cuál es el rol del sindicalismo argentino. La fuga de capital político e institucional y el movimiento de referentes, como partida de ajedrez, indica la aparición de un objetivo nuevo: delinear un esquema de gobierno que oxigene la gestión de Cristina Fernández de cara al final de su mandato.
Una vez más, el único sector que se mantiene con altos niveles de organización es la clase trabajadora. Ahí se encuentra tal vez el centro más importante de defensa del modelo iniciado por Néstor Kirchner en el 2003: las centrales sindicales. Si bien la CTA apuesta a la representación directa, mientras que la CGT de Moyano mantiene el perfil en las grandes estructuras sindicales, ambas organizaciones sostienen un modelo político y económico similar, basado en la defensa de los intereses de los trabajadores.
Para Héctor Recalde, Diputado Nacional y asesor legal de la CGT, la idea de conformar una “Mesa de Enlace Sindical” no es descabellada: “Lo veo magnífico, además no sería una novedad. Históricamente eso ocurrió: en 1994, la CTA y el MTA (la CGT de Moyano) hicieron la Marcha Federal, cacerolazos y ollas populares. En el último tramo, la CGT, los “dos Hugos”, Yasky y Moyano, se unificaron para repudiar el asesinato de Fuentealba. Posteriormente suscribieron una carta con los intelectuales de Carta Abierta, y trabajaron en conjunto por la movilidad previsional. Además, repudiaron la violencia como metodología sindical por lo que pasó en Rosario, donde se enfrentaron dos fracciones del mismo sindicato”. El conflicto estuvo a punto de iniciar una pelea entre las dos centrales, y ambos dirigentes lo desmintieron al firmar un comunicado en conjunto.
Por su parte, Hugo Yasky, máximo responsable de la CTA, afirma que las condiciones para discutir con la CGT “van a depender del escenario político y social que enfrentemos los trabajadores a partir de la recomposición del mapa político que se plantea después de la elección del 28 de junio. Hay una especie de rebrote o de crecimiento electoral de fuerzas políticas que han cuestionado lo que para nosotros son los aspectos más positivos del proceso que se vive con el gobierno de Néstor Kirchner y Cristina Fernández”.
Omar Plaini, Secretario General del Sindicato de Vendedores de Diarios y Revistas (SIVENDIA), dice que “con la CTA hemos tenido unidad de acción en varias instancias. No veo una dificultad en tener acciones en conjunto para temas puntuales, pero habría que ver cuál sería el objetivo, y ante qué problema. La CGT ya se ha expresado: nosotros defendemos este modelo. Hemos jugado muy fuerte y vamos a sostener el modelo que hoy lleva adelante la Presidenta Cristina Fernández”.

El toma y daca sindical

Tanto Recalde como Plaini son hombres cercanos al círculo íntimo de Hugo Moyano. Al igual que Yasky, sostienen que las condiciones para el diálogo siempre están dadas. Por eso Plaini, a la hora de analizar el papel de la CTA en las últimas elecciones, no duda en remarcar que algunos miembros de dicho organismo no apoyaron las listas del gobierno y se fueron con candidatos opositores como Sabatella y Pino Solanas. “Acá se tiene que expresar más claramente la CTA si apoya o no a este modelo. Hay sectores que han jugado con otros candidatos. Ese problema lo tiene que resolver la CTA. Nosotros el 30 de abril fuimos claros y contundentes: apoyamos este modelo y lo queremos profundizar”.
Lo que sucede dentro de la CTA lo expresa Yasky, quien luego de las elecciones ganadas por Francisco De Narváez y todo el arco opositor al gobierno considera que las relaciones internacionales, la hermandad con los pueblos de América Latina y la política en derechos humanos que el kirchnerismo supo construir cobran mayor relevancia. “Estas fuerzas –en alusión a quienes ganaron el 28-J- quieren terminar las relaciones con los gobiernos populistas, revisar el pasado y generar otra vez las condiciones para una pacificación sustentada en el olvido. Han cuestionado también la recuperación para el patrimonio estatal de Aerolíneas Argentinas o la reestatización de las AFJP. Si todo esto pasara del terreno discursivo al terreno de los hechos, si una hipotética mayoría parlamentaria de estos sectores les abriera cauce para intentar volver sobre el camino de recuperación que significaron estas políticas, habría condiciones para coincidir, por lo menos, con un sector de la CGT: aquel con el que en la década del ´90 compartimos la resistencia a las políticas menemistas”.
Aunque todavía no se hayan escuchado voces oficiales de unificación en torno a ejes programáticos a llevar adelante por ambas centrales, el camino, paradójicamente, lo mostraron la Sociedad Rural y la Federación Agraria al conformarse como espacio de discusión de las patronales del campo y avanzar por sobre la unidad sindical. “El gobierno se enfrentó al poder establecido. Fue por la renta extraordinaria y muchas otras cuestiones. Ahora, con el resultado puesto, analizan que se profundiza el neoliberalismo. ¿Las corporaciones y el establishment no iban a jugar a esto? -se pregunta Plaini-. Si bien nuestro sector no ha avanzado demasiado, siempre priorizamos el conjunto de los trabajadores, donde se abrieron las paritarias, se crearon millones de puestos de trabajo y se jubilaron 1.800.000 abuelos”.
Para Yasky, comparar la Mesa de Enlace con una hipotética “Mesa Sindical” reviste cierto grado de complejidad: “la Mesa de Enlace expresó una política de alianzas de sectores claramente identificados con la defensa de un modelo de acumulación basado en los grandes productores del agro y las distintas formas del pool sojero y el negocio de los agroquímicos. Esto consolidó un esquema en el que los intereses que se defendían, por más antipopulares que fueran, estaban claramente identificados. En nuestro debate existen puntos de contradicción que evidentemente obstaculizan la posibilidad de ir a fondo en un proyecto programático que plantee a fondo la recuperación a manos del estado nacional del sector energético, de la producción petrolífera, los ferrocarriles, etc y avanzar sobre la renta minera y petrolera. Todos estos puntos dificultan la posibilidad de armar un programa común, porque hay distintas miradas desde el movimiento sindical. Desde la CTA, alentaríamos la posibilidad de coincidir en la práctica como lo hicimos cuando se planteó el conflicto por la 125 o la reestatización de las AFJP”.

Sindicalismo y política

Posiblemente, la verdad entre las dos centrales esté entrecruzada por lo político. Se sabe que Hugo Moyano es parte de la conducción del PJ, mientras Hugo Yasky está vinculado al partido Nuevo Encuentro, que encabeza Martín Sabatella. Sin embargo, Recalde no encuentra ningún impedimento para que ambas centrales se junten y defiendan las conquistas de los trabajadores: “Este espacio debería abocarse a la defensa irrestricta de todos los derechos de los trabajadores y la profundización de la recuperación de derechos y conquistas, como así también en la lucha por una más justa distribución de la riqueza. Hay que juntar fuerzas por esta coyuntura de la pandemia”, señala, en referencia a la Gripe H1N1.
Más allá de la posibilidad de ampliar el espacio a otros organismos como el Consejo Económico y Social, algunas pymes, cooperativas u otros grupos, el Diputado Nacional por el FPV sostuvo que lo primordial es “la defensa de los asalariados”, a lo que agregó que “no tendría ningún problema en dar el primer paso para la unidad de las dos centrales. La comunicación que se tiene es fluida”, afirma Recalde, quien además sostuvo que llevará la propuesta al líder de la CGT.
Según Plaini, cada central sindical tiene que rendir cuentas de cómo se expresó políticamente en las legislativas de junio. “Esto no quiere decir que cerremos caminos. Nunca lo hemos cerrado. Pero ante el avance del neoliberalismo, tenemos que analizar qué responsabilidades tenemos. Asumamos la responsabilidad histórica que le cabe a cada uno. No tenemos que esperar los procesos electorales para empezar de nuevo. La historia, la memoria y la identidad tienen un eje central. En cualquier partido existen matices y diferencias, pero en esta instancia nosotros, como CGT, apoyamos este modelo. Lo expresamos acompañando en la lucha electoral, porque vimos cómo un gobierno que confrontaba con los poderes establecidos fue golpeado por las grandes corporaciones mediáticas, como no se recuerda en la historia”.
En relación con el futuro del país de cara al 2011, Plaini realiza un análisis desde lo concreto. “Hoy quiero ocuparme del día a día. Me preocupa que no haya pibes en las calles pidiendo, que no haya viejos durmiendo en la vereda de Buenos Aires, y si vamos a profundizar la inclusión social y a debatir realmente la ley de entidades financieras, y si estos sectores que dicen ser del campo popular van a sostener con el lomo la ley de servicios audiovisuales. Para el 2011 faltan dos años y medio. Es el discurso que ha instalado la derecha a través de los medios: pensar en el 2011 para no hacer nada ahora, y si es posible que este gobierno no llegue. No le hagamos el juego los compañeros que estamos en el campo nacional y popular. Pensemos en resolver los temas de hoy”.

Supervivencia y profundización

El proyecto kirchnerista ha pasado de la transversalidad, como movimiento de centro izquierda con aceptación en la clase media, a refugiarse en el PJ para sostener la base del poder. Ahora la supervivencia del modelo gira, en principio, en torno a la sumatoria de conquistas políticas, económicas y sociales realizadas desde el 2003 en adelante. Sin embargo, la figura/existencia de una fuerza política propia, capaz de soportar el proyecto desde una estrategia a largo plazo, brilla por su ausencia. Algunas hipótesis que se destacan en torno a este tema afirman que no se quiere construir el “kirchnerismo”, ya que alcanza con acordar con los sectores que toman relevancia en cada momento. Según esta teoría, el kirchnerismo es un espacio extremadamente pequeño –que no quiere crecer- al que le basta con la política de alianzas y que de acuerdo a la etapa y disposición de fuerzas, éstas se agrupan o desagrupan en torno a él.
Quizás lo que está al alcance de la mano sea el Frente para la Victoria, aunque este espacio nunca pasó de un mero sello electoral, lo que lo contrapone a otras experiencias de países latinoamericanos como el Frente Amplio en Uruguay, donde Tabaré Vázquez contiene su política. Lo mismo para Evo Morales y el MAS, Lula Da Silva y el PT, Hugo Chávez y el PSUV, entre otros.
Al hablar del Partido Justicialista como fuerza contenedora del modelo K, lejos está este espacio político en hacer las veces de la organización con capacidad de sostener una estrategia superadora de los tiempos electorales. Al parecer, luego de la renuncia de Néstor Kirchner a su conducción, sólo sirve como plataforma de lanzamiento de futuros candidatos a la presidencia del país. Por otro lado, es cierto afirmar que la mayoría de los militantes convencidos del modelo y la necesidad de consolidar el proyecto nacional, provienen de su propio seno. De hecho, la mayor acumulación de integrantes la aporta el partido y ninguna otra fuerza política puede igualarlo. Para unos, el problema radica en que esa nueva generación no ha llegado a lugares de conducción y por ende no tiene relevancia a la hora de definir una política de alianzas clara u otros lineamientos.
Los tiempos se acortan como para pensar en rearmar una fuerza social, económica, política y cultural que canalice la estrategia. Un movimiento histórico que supere al bipartidismo y sirva de contrapoder al “PUA” (Partido Único del Ajuste), herramienta no tan imaginaria ya que, tras el triunfo de De Narváez y compañía, vuelve a instalarse como patíbulo de las clases populares, como espacio aglutinador de políticas privatistas y represivas. Como elemento político a vencer. Así, el proceso abierto, más allá de lo electoral, necesita una fuerza organizada que sirva de autodefensa de las conquistas y abra el camino para avanzar en lo que falta.
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Publicado: Revista 2010, #29, julio 09.