miércoles, 5 de junio de 2013

REVISTA #55 MARZO 2013 > POLITICA NACIONAL

SE HACE CAMINO AL ANDAR

Tras una década desde que el kirchnerismo ganara las elecciones en 2003, Revista2016 realiza un informe acerca de las principales medidas impulsadas por Néstor y Cristina Kirchner en materia de derechos humanos. El rol del Estado como garante político y cultural resulta crucial con vistas a solidificar los logros obtenidos.
Por Lautaro González

Nadie puede poner en tela de juicio que al asumir la presidencia en 2003, Néstor Kirchner puso especial énfasis en la defensa de los derechos humanos. Este signo se tradujo principalmente en la derogación de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida y los indultos que hasta ese momento garantizaban la impunidad de los represores de la última dictadura militar.

Así, a modo de “bombero político”, Néstor Kirchner logró desactivar las “bombas” que el neoliberalismo había plantado en suelo argentino décadas pasadas ocasionando estragos en todo el país, particularmente en las clases populares y de mediano poder adquisitivo.

Desde un primer momento el kirchnerismo se asumió, obligado por las circunstancias sociales que sembró la crisis 2001, como un gobierno reparador. A tan solo tres días de gobierno, Kirchner, en viaje sorpresa, logró destrabar el conflicto docente en Entre Ríos que había frenado el inicio del ciclo lectivo por más de 1.000 días

Ideales adentro, neoliberalismo afuera

El 25 de mayo de 2003 el flamante presidente en su discurso de asunción afirmó que no llegaba al gobierno para dejar los ideales en la puerta de la Casa Rosada. Frente al descreimiento de la política como herramienta de cambio, sumado a la debacle económica del 2001, las expectativas populares debían ser satisfechas. A pesar que el dilema “unidos o dominados” parecía torcerse hacia la segunda opción, el desafío por cambiar la historia argentina se había puesto en marcha.

A la anulación de las leyes de impunidad se sumaron los juicios a militares y civiles responsables de la dictadura, la depuración de la Corte Suprema Automática por la designación de una Corte Suprema de Justicia digna, la Ley de trata de personas y la del Matrimonio Igualitario, entre muchas otras.

Además se crearon los espacios por la memoria en Campo de Mayo, en cuyas instalaciones funcionó un centro clandestino de detención, y se colocaronplacas recordatorias en establecimientos militares donde hubieran funcionado centros clandestinos de detención en el período 1976-1983.

Así, con esta impronta en la búsqueda y restitución de derechos e identidades, se fundó el Banco Nacional de Datos Genéticos y el Espacio para la Memoria y la Promoción de los DDHH (en la ex ESMA).

Kirchner hizo de los derechos humanos una política de Estado. Lejos de renegar de su pasado militante, dejó en claro desde un comienzo que se identificaba con la juventud de los setenta, tanto en sus aciertos como en los errores.

Gracias a estas y otras tantas medidas, se restableció la confianza en el sistema democrático. Basta recordar el profundo descreimiento popular y el discurso antipolítico que predominaba antes de la asunción para comprender hasta qué punto introdujo un cambio cultural. De esta manera la autonconfianza del pueblo, el sentido de comunidad y nacionalidad, el orgullo nacional que había sido sistemáticamente atacado por los cómplices de las políticas neoliberales, lograron armonizarse.

De a poco Kirchner rompió con el pensamiento único y el fin de las ideologías impuesto desde Washington y Europa. Al trabajar sobre la autoestima del pueblo, sentó las bases morales para el renacimiento de la conciencia nacional. Y la juventud de la mano de la militancia organizada floreció más nunca.  Así, los derechos humanos se convirtieron en puntos centrales de la política estatal y la historia argentina cambiaría para siempre.

Unidad latinoamericana y chau FMI

En materia de política exterior, en los primeros años de gobierno, Kirchner impulsó al MERCOSUR como herramienta para fortalecer la alianza estratégica con Lula en Brasil, Chávez en Venezuela y Evo Morales en Bolivia.

De esta manera creó el Banco del Sur, fondo monetario cuyo convenio constitutivo se firmó el 26 de septiembre de 2009. Esta herramienta fue el resultado de una idea argentina que se le propuso a Lula a fines de 2002 y en la que trabajaron los ministros de economía y los Bancos Centrales de ambos países. Además de Argentina y Brasil, Bolivia, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Venezuela son miembros integrantes.

Néstor Kirchner dejó a un lado la vergonzosa doctrina menemista de las “relaciones carnales” con Estados Unidos y demostró que era posible plantarse con firmeza frente a la superpotencia. Se opuso al ALCA y a los tratados bilaterales de libre comercio y sostuvo la conformación de un bloque latinoamericano en lo económico y en lo político. Esto parecía una utopía en el continente de las dictaduras antinacionales y las oligarquías cipayas.

La firme negociación con el FMI y con los acreedores privados restableció la capacidad de decisión en materia económica, requisito del ejercicio real del derecho a la autodeterminación de los pueblos. Así, el FMI dejó de ser un factor de presión decisivo a la hora de “aconsejar” en adoptar medidas económicas y financieras a los países de América Latina.

La recuperación de la economía que siguió a tales decisiones permitió reducir la pobreza y la indigencia en forma notable, así como la plaga del desempleo. Los derechos sociales y la integración social volvieron a ser posibles.

De este modo los vientos sureños hicieron patria y se ganaron la estimación de los organismos de derechos humanos con una serie de gestos que no por simbólicos dejaban de tener importancia: el retiro de los retratos de los dictadores que se exhibían en el Colegio Militar como un desafío a la democracia, fue un hecho político que subordinó definitivamente a las fuerzas armadas.

Ya en el 2008, al firmar el Tratado Constitutivo de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), Néstor kirchner fue uno de los principales actores en fortalecer el avance de las políticas de integración de América Latina. Al momento de la consolidación del organismo, ejercía la secretaría general.

La fuerza de Cristina

Néstor Kirchner accedió al Sillón de Rivadavia, con el 22 por ciento del voto popular. Luego, con el devenir de la historia, Cristina Fernández consolidó el poder del kirchnerismo y concretóuna victoria contundente en octubre de 2011 con el 54 por ciento del apoyo de la sociedad argentina. A lo largo de la última década el kirchnerismo se reconfiguró; concretó alianzas con el movimiento obrero y la clase media, a la vez que supo, con medidas generales y efectivas, dialogar directamente son la sociedad.

Así la Asignación Universal por Hijo,aumentó el nivel de vida de los más humildes y agrandó la capa de la clase media. La movilidad social ascendente se transformó en realidad para dar paso a un nuevo momento histórico en la defensa y conquista de derechos sociales.

Recordemos que la AUH iguala en cobertura de asignaciones familiares al desempleado con el empleado. Este esfuerzo del Estado Nacional permite combatir la pobreza extrema y dar a cada niño que nace un ingreso aunque sus padres no trabajen.

Además la puesta en marcha de Tecnópolis, la megamuestra de tecnología, en palabras de la actual mandataria denota que “no queremos seguir siendo consumidores de ciencia y tecnología sino productores. Ciencia y tecnología, junto a los derechos humanos y al crecimiento con inclusión social, se convirtieron en una verdadera política de Estado”.

“Estoy muy orgullosa de las cosas que hemos hecho y logrado en estos años, pero todavía falta. Falta más igualdad, más equidad, más justicia, más seguridad, y creo que entre todos tenemos que contribuir con responsabilidad, con un inmenso ejercicio de responsabilidad, a que cada uno y cada una en el lugar que la ciudadanía nos dio con su voto popular. Cumplamos con ese mandato y con ese rol, sin querer encontrar en otros culpables o responsables de lo que cada uno de nosotros no sea capaz de poder hacer o ejecutar. Esto es lo mínimo que le debemos a la sociedad”, manifestó la presidenta en oportunidad de celebrarse el Día Universal de los Derechos Humanos. Y el desafío se encuentra en estas frases.